Los precios de la vivienda se encuentran entre los factores más importantes para la estabilidad financiera y macroeconómica de un país. Como un indicador macroeconómico clave, influyen significativamente tanto en el consumo como en la inversión, moldeando los ciclos económicos y financieros. Dado que la vivienda representa una parte sustancial de la riqueza de los hogares, las fluctuaciones en los precios tienen efectos de gran alcance sobre el consumo, el ahorro y las decisiones en el mercado laboral.
