En la primera parte del año, la mayor parte de las economías de la región ha mostrado resiliencia, a pesar de un entorno internacional altamente incierto, caracterizado por la caída de la mayoría de los precios de los commodities y el aumento de los riesgos geopolíticos y comerciales. Varias economías han presentado un descenso del crecimiento del PIB y una continuidad en el proceso de desinflación, con diferencias significativas entre países. En este contexto, los flujos de financiamiento externo hacia la región se han mantenido.